Adrián trabaja en una fábrica de ideas. Él se encarga de generarlas, darles forma, peso, contundencia y dejarlas listas para salir al mundo. Es el mejor en eso y no a todos les cae bien. Cuando sale de su trabajo termina tan cansado que pierde la capacidad de pensar por sí mismo y se transforma en un ente que repite una rutina automáticamente.
Su sueño es cambiar el mundo con sus ideas, pero un bloqueo creativo desbaratará sus planes y lo dejará al borde del despido, llevándolo a los confines de su mente para descubrir la única solución a todos sus problemas: convertirse en un trabajador independiente. O al menos, eso es lo que espera.